El operativo de prensa lanzado a días de las elecciones blanqueó la pretensión del monopolio –con su correspondiente respuesta oficial en boca del entonces candidato Kirchner– y sirvió para que Mastellone hiciera un reclamo por compensaciones “impagas” por 90 millones de pesos, lo que fue negado por el organismo respectivo (Crítica, 20/6). Mastellone ya recibió por este concepto más de 200 millones de pesos entre 2007 y 2008.
Las compensaciones son una de las patas de la intervención estatal en el sector lácteo, a la que se le adjudica buena parte de la responsabilidad por la debacle financiera de Mastellone. Sin embargo, esa intervención lo ha beneficiado desde sus primeros pasos, en 2005, cuando el establecimiento de retenciones a la leche en polvo y los quesos planchó el precio de la leche que le pagaba a los tamberos y sacó del negocio a exportadores de leche en polvo cuya demanda presionaba sobre el precio pagado al tambo. Más adelante, se incluyó a Mastellone dentro de los beneficiarios de un fondo compensador alimentado con esas retenciones que se las cobraban a otros. El 85% del negocio de Mastellone está en el mercado interno.
Otra pata de la intervención estatal fue el control de precios de los lácteos, pero entre 2007 y marzo de 2009 Mastellone encareció sus productos, en promedio, un 38% (Ámbito, 23/6). Después de marzo cayó el control y la leche fluida dio un salto de casi el 40% con la desaparición de la leche común y su reemplazo por “extra proteína” o “extra calcio”. Igual destino que la leche común tuvo la segunda marca Fortuna.
También fue el permiso oficial lo que este año le permitió a Mastellone inundar Brasil con leche en polvo a precio de dumping, provocando un roce comercial con lo pulpos ‘hermanos’ del Mercosur. En el primer cuatrimestre, Brasil recibió 195% más de leche en polvo argentina y Mastellone fue el responsable del 60% de los envíos.
¿De dónde sacó Mastellone las toneladas de leche en polvo? De un enorme stock que fue acumulando a lo largo de la primavera pasada, mientras reducía la producción de leche fluida. ¿Por qué en marzo? Porque entonces entró en vigencia un nuevo acuerdo, que eliminó las retenciones a las exportaciones y estableció una compensación oficial de 10 centavos para los tamberos: el Estado se hizo cargo del 12,5% del costo de la leche que compra Mastellone. Eso está vigente hoy. Pero antes Mastellone violó un acuerdo de octubre de 2008, por el que se comprometió a pagarle a los tamberos un peso por litro de leche. Inmediatamente después modificó –con conocimiento de los funcionarios– el cálculo de pago a los tamberos, penalizándolos si éstos vendían más leche que en el mismo período del año pasado, con el resultado de que el promedio pagado hasta fin de 2008 no superó los 70 centavos. Además, y también con aval oficial, retrasó los pagos a los tamberos a 70 días.
Si la intervención estatal en materia de precios y retenciones benefició ampliamente a Mastellone, lo mismo puede decirse respecto de los bancos oficiales con los cuales la empresa está endeudada. En 1999, Mastellone renegoció una parte de su deuda con los bancos Nación y Provincia, los que ahora estarían creando un fondo para rescatarla nuevamente (Ámbito, 30/6). Y los mismos bancos, junto con el Ciudad, fueron clave en la reestructuración, en 2004, de la deuda en default desde 2002 y que es la que ahora Mastellone habría decidido no pagar. Desde fines del año pasado Mastellone viene anunciando un default.
La política oficial de defensa de Mastellone ha quebrado el frente de los tamberos. CRA y los cordobeses señalan que las protestas contra el gobierno deben dirigirse hacia los supermercados, ahora los nuevos acusados de apropiarse indebidamente de renta láctea, y proponen un frente común tamberos-industria-gobierno. Esta posición ya generó una crisis en la Mesa de Enlace. Pero también hay divisiones entre las industrias lácteas medianas de Santa Fe, que reclaman ayuda financiera fiscal para pagar sus deudas; y las de Córdoba, que piden compensaciones a las exportaciones. De ahí que las recientes protestas de tamberos no han podido avanzar más allá de una arreada simbólica de un millar de reses al matadero. Biolcatti, el mandamás de la Rural y él mismo un tambero de los grandes, ha defendido la política de Mastellone contra los tamberos, lo mismo que Buzzi, de la Federación Agraria.
Paul Castañeda
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