A los pocos días de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, el candidato a presidente del Frente de Izquierda, Jorge Altamira, estuvo en una gran cantidad de programas de televisión y en casi todos habló de dos temas: los votos obtenidos por su fuerza y el lugar que ocupó la red social Twitter para que ellos logren ese piso necesario para llegar a las elecciones de octubre. El hashtag unmilagroparaaltamira había sido lanzado a Twitter por Jorge Rial, uno de los personajes con más seguidores del país en esa red, durante una entrevista radial que le hizo a Altamira, y en alusión a la necesidad de alcanzar un mínimo de votos para seguir en la carrera electoral. A partir de ese momento, el milagro se convirtió en una consigna que se expandió y sumó voluntades entre todos los sectores. Pero vale la pena releer el análisis que el dirigente de izquierda realizó sobre el fenómeno del que fue parte:
“Indudablemente las redes sociales me ayudaron, porque son un medio de difusión extraordinario-explicaba el referente del Partido Obrero-. Ustedes vieron lo que pasó en el mundo árabe; la gente quería echar al dictador Mubarak y desde las redes la idea prendió. Pero tiene que haber una consigna que prenda. Sin ideas convocantes, no hay redes que te salven. Nosotros pedíamos que la proscripción fuera vencida y que entremos a la campaña electoral. También estaban las reivindicaciones propias de la izquierda. Lo del milagro fue una ocurrencia que prendió, pero atrás había una idea”.
Tal como señala Altamira las redes sociales no son hacedoras de milagros, son solo vías de información y difusión; y en las que no cualquier consigna puede sumar votos o animar acciones. El Frente de Izquierda actuó de manera inteligente: desde los espacios cedidos en la televisión hablaban de los 400 mil votos necesarios y de la arbitrariedad de la nueva norma que dejaba afuera a las fuerzas que no lograban ese piso del 1,5. Se embanderaron en una causa, pidieron apoyo y lograron el objetivo. La gente respondió ante una solicitud que parecía ser justa y que venía de un dirigente que todos conocen.
En muchas partes del mundo, desde el año pasado las redes sociales han logrado la movilización política de muchas personas ante iniciativas diversas. Pero tal como afirmaba Altamira, logran convocar y sumar gente cuando reflejan sentimientos compartidos y causas justas. Israel, un país que durante mucho tiempo fue ejemplo de igualdad, hoy tiene una de las mayores brechas entre ricos y pobres del mundo industrializado. Las masivas protestas juveniles que se desarrollaron en los últimos tiempos en aquel país tuvieron como punto de inicio a las redes sociales: a partir de una convocatoria que realizó en Facebook un cineasta de 25 años llamado Daphni Leef. “La gente se siente engañada”, declaraba Leef e iniciaba una movilización por una causa de la que todos se sentían parte.
En Argentina, en contraposición a Altamira y el Frente de Izquierda, Proyecto Sur con su candidata a presidente Alcira Argumedo no consiguió los votos necesarios y se quedó afuera. Argumedo era una excelente candidata: una socióloga brillante y con buenas ideas. Sin embargo, no logró prender entre la gente. Nadie percibió que también esa fuerza se quedaba afuera si no lograba ese piso y que también era injusta esa situación. El partido de Pino Solanas, que en la elección en la ciudad obtuvo el 13 por ciento de los votos, no estará en las generales nacionales por los designios de esa ley. En las últimas semanas Argumedo había tenido presencia en las redes, pero en relación a humoradas acerca de su voz gruesa. Nunca llegó a prender la cruzada por Alcira y sumó que la gente no la conocía. Por otro lado, nunca lo plantearon como un pedido y la gente no lo percibió. “Pino Solanas tiene un bloque en el Congreso pero no sacó el 1,5 por ciento. Entonces hay un problema político, porque él no dio la batalla contra esa proscripción. Fue complaciente. En cambio, nosotros fuimos directos”, afirmaba Altamira.
Al margen de la justicia o injusticia que significa dejar afuera de la elección general de octubre a partidos minoritarios que no lograron el 1,5 por ciento en las primarias, los acontecimientos ofrecieron una lección más sobre las redes sociales y la política. Sin duda, son un camino hacia la gente, que a veces reacciona y otras veces no. Sin embargo, ante los hechos queda en claro que es más factible que la gente se sume cuando observan:
1-Una causa justa
2-Llevada adelante por alguien que reconocen
3-Expuestos de manera frontal y como un pedido directo al ciudadano.
Por supuesto, son solo conjeturas. Porque todos somos parte del experimento.
Sebastián Di Domenica para Hipercrítico
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