La reunión de Cristina con los ‘gordos’ neoliberales y menemistas fue ‘selecta’. Juntó desde el “Batallón 601” Gerardo Martínez y el ‘caza zurdos’ Juan Belén hasta ‘tierra santa’ Cavalieri y el ‘privatizador’ Lescano.
Impedido por la responsabilidad política de un crimen, no faltó tampoco José Pedraza.
Fue incluso un invitado especial, porque fue él quien metió el número decisivo de delegados en lo que aspira a ser la CGT oficial.
Las razones de Pedraza para alinearse con la CGT de Cristina Kirchner fueron dejadas en claro por una declaración del congreso de la Unión Ferroviaria: “confía plenamente en el deseo del gobierno nacional de que prevalezca la verdad ( …) sobre nuestros compañeros encarcelados”.
El armado de la CGT viene con la impunidad de Pedraza y la patota como moneda de cambio.
Lo que todos tienen en común es la complicidad con la tercerización y el vaciamiento ferroviario.
El gobierno nacional sigue albergando en la Secretaría de Transporte y en la concesión de los ferrocarriles a quienes han sido los socios políticos y económicos de Pedraza.
Todo esto no solamente demuestra que sigue en marcha el operativo de impunidad para los responsables del asesinato de Mariano Ferreyra.
Demuestra, por sobre todo, que la lucha por la condena de esos responsables -ahora que se inicia el juicio oral y público- debe estar acompañada por la lucha por la independencia de los sindicatos del Estado y por la democracia sindical, así como por el objetivo estratégico de fusionar el movimiento obrero con el socialismo.
PRENSA OBRERA 1231
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